sábado, 21 de enero de 2012

Adiós

Los pasos se hacen interminables hasta la habitación. Maleta hecha, lágrimas reprimidas y recuerdos. Click, ya está. Lo verá para siempre. Donde nació, creció y vivió. Donde se enamoró, sufrió desamores y se casó. Donde fue la persona más feliz durante mucho tiempo. Donde lo perdió todo.
El coche espera. Lanza un beso y se va.

viernes, 20 de enero de 2012

Pequeño y amable

Para qué nos queremos engañar, todo el mundo busca amor de alguna u otra manera. Ya lo decían los Beatles "All you need is love". Pero no todos quieren amor de pareja, algunos lo quieren de amistad o de la familia. Lo que pasa es que por nuestras vidas se pasea un pequeño hijo de puta en pañales. Cupido lo llaman y hasta le han dedicado un día. 
Este tal Cupido convierte una relación de follamigos en amor. Y los follamigos no querían amor, querían follar y cada uno a su casa. En cambio, Cupido nunca visita a los románticos para mostrarles el amor de su vida. Si Cupido visita a un romántico es para guiarlo a una relación sin futuro. O para destruir una amistad. 
Yo, por eso, renuncio a Cupido, a sus pañales y a sus flechas. Ya me apaño yo sola para encontrar el amor.
MIentras tanto, si alguien encuentra a ese cabroncete que le dé un par de hostias de mi parte.

miércoles, 11 de enero de 2012

Las mejores personas están locas

Escribir es una bendición, siempre que te encuentras triste, cansado o no puedes seguí adelante; escribir te saca de los más profundos pozos. El escritor dedica su tiempo a encontrar sus problemas, las ratas de su mente, y sobrevive a ello. Estamos todos locos, jódidamente locos. Y eso nos hace felices, dame un lápiz y un papel y te crearé un mundo. ¿Qué más se puede pedir?

martes, 20 de diciembre de 2011

Jugando al solitario.

Mirada cansada, hombros caídos, pastillas en mano. El vaso de agua está en la mesa, esperándole. Levanta la vista y se toma una pastilla. Quiere pensar en su último beso, y le cae una lágrima.
Otra pastilla.
 Empieza a pasear y recuerda su antigua bicicleta, esa en la que le enseñó a montar en bici. El nudo se tensa y solloza.
 Dos pastillas más.
Un peluche en la cama lo mira y él quiere empezar a correr para perseguir todo lo que pudo haber sido y no fue. El llanto es ahora descontrolado.
El bote entero de pastillas va desapareciendo.
Se le cierran los ojos, el dolor persiste. Se va, abrazado a un dibujo hecho con ceras.

"Te quiero, papi."


jueves, 15 de diciembre de 2011

Malos olores.

El mundo, la Tierra, está llena de olores. Soy de esas personas que se obsesionan con los olores, de hecho me enamoran los chicos que huelen bien. Siempre estoy pendiente de a qué hule quién o por qué huele así. Me encanta el olor de la amistad, el de la familia... Porque sí, tienen olor. El de la amistad huele a estar por casa cómoda y el de la familia a reunión de Navidad.
Otros olores son odiosos, insoportables. La envidia huele a azufre y el egoísmo a óxido, como las monedas.Propongo a este mundo hacer una limpieza a fondo y que el mundo huela a limpio.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Lo raro es ser normal.

El otro día me dijeron que era popular. Tenía que decir que no, no los soy. Solo soy yo, la rara, la friki. Soy todo eso y más, porque si digo lo que pienso me miran mal, ¿qué más dará? Ser sincero no está mal, hacer locuras tampoco. Mucha gente me mira por encima del hombro, y lo que hago es reírme en sus caras. Vivo y dejo vivir. "Hakuna Matata" como decía esa vieja película infantil.
Digo tonterías, demasiadas; pero soy bastante feliz, aparte de de mis dramas sin importancia. Si no grito mi vida a todos es por que la considero demasiado bonito como para mancharla con lenguas sucias.
Gracias.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Punto final.

Miro por la ventana. Es todo tan... raro. No sé qué quiero, si te quiero querer, si no te quiero querer o si solo quiero huir lejos de aquí.
Quiero que me des la mano, pero no sé si quiero que me beses. Quiero sentirme mujer y una niña pequeña a tu lado. Pero no quiero necesitarte. Suspiro, me giro y te miro. Me acerco poco a poco. Te tomo entre mis brazos y te beso la nariz. Nos echamos a reír y adoro tu hoyuelo. Si te dejo acercarte, igual me rompes.
No quiero quererte, pero no puedo evitarlo.